Algunos estudios han demostrado que cada vez más adolescentes tienen sus oídos dañados. A los 17 años, algunos de ellos oyen tan mal como algunas personas mayores, entre las cuales la pérdida de audición es un fenómeno natural. Los responsables son los reproductores de mp3 o equipos de audio, conciertos, discotecas o birrodados que con elevados sonidos perjudican nuestros oídos.