A Iván Espinel Molina, de 33 años, no le agrada que los medios le hayan dado poco espacio a su intervención tras el debate de la Cámara de Comercio de Guayaquil, que se realizó el pasado 25 de enero. “Comprendo que hay otras agendas”, dice mientras se sienta en un sofá negro, en la sala de espera de una radio quiteña, donde concede esta entrevista. El candidato de Fuerza Compromiso Social cuestiona al continuismo con el mismo énfasis con el que lo hace con la oposición. Ha sido presidente de la Asociación de Médicos Rurales del Ecuador (2011) y director del hospital del IESS en Guayas (2013). Dice que se lleva bien con sus primos Vinicio y Fernando Alvarado, hombres fuertes del correísmo, pero asegura ser independiente y más bien insiste en marcar una distancia frente al Gobierno.
Tras el debate, ¿cómo se ve a menos de un mes de las elecciones?
Me veo llegando a la Presidencia de la República. Es definitivo: ganando las elecciones. Eso lo ven todos. Y estos espacios de debate nos gustan mucho, porque se pueden ver las propuestas. A la gente le gusta mucho la participación de Compromiso Social e Iván Espinel.
Pero las encuestas lo sitúan en el pelotón de abajo.
Si les hacemos caso a las encuestas… Una muestra un porcentaje; otra, uno totalmente distinto… ¡Por favor!, ¡no nos preocupan en absoluto! Lo que sí decimos: estamos orgullosos de cómo estamos luego de haber arrancado de la nada.
Más allá del resultado del 19 del febrero, usted empieza una carrera política…
Claro que sí. Nuestra identidad es sembrar en la gente que las cosas se pueden hacer, que no se necesita del poder económico ni político ni de una cara bonita para participar, sino la intención de desafiar a lo tradicional y servir. Y Compromiso Social será de las primeras fuerzas políticas del Ecuador.
No nos preocupan en absoluto lo que señalen las encuestas. Está demostrado por la historia que muchos de quienes van de últimos han ganado las elecciones.
De ser presidente, ¿conservaría algo del actual?
Evidentemente. La inversión social, la infraestructura, el régimen de becas… Y hay cosas que deben cambiar radicalmente.
¿Qué admira de Rafael Correa?
Como persona, el presidente Correa fue para muchos un ejemplo de irse contra lo establecido. En lo que no estamos de acuerdo es en ese egocentrismo de decir que todo está bien, sin reconocer muchos errores.
¿Cuál es, en esencia, su propuesta económica?
La reactivación de la economía por medio de la reducción de tributos para incentivar la inversión. Hablamos de quitar el impuesto a la salida de divisas, el impuesto a los consumos especiales (ICE), de disminuir el IVA al 11 %, de quitar las salvaguardias a materias primas, de reactivar el crédito, de impulsar el ingreso de la banca internacional para disminuir tasas de interés.
Una de sus “propuestas estrella” es implantar la pena de muerte.
Ha sido un petitorio ciudadano para casos de asesinatos cometidos por personas con antecedentes penales y de violadores de menores. Esto se aprobará democráticamente, luego de un referéndum.
Hay expertos que señalan que eso va en contra de acuerdos internacionales de derechos humanos.
Nosotros respetamos los acuerdos y todo lo demás, pero estamos, sobre todo, respetando los derechos de los ecuatorianos a la vida. Esta es una medida disuasiva para que mañana el criminal que ose pensar en un crimen como estos sepa que hay una consecuencia. No es una regresión de derechos ni mucho menos, lo que planteamos es el procedimiento jurídico adecuado: un referéndum. Si se aprueba, se implementa; si no, no se implementa.
No soy un dictócrata, sino un demócrata. Pero sí, si dependiera de mí, les cortaría las manos a los corruptos. Vamos a ver con eso cuántos se atreven a robar.
¿Qué otros temas irían a consulta del pueblo?
La reelección indefinida, con la que no estamos de acuerdo, sino solo en dos periodos; la autonomía tributaria, para que cada provincia tenga sus tributos; la Ley de Comunicación…
¿La Ley de Comunicación a consulta?, ¿qué cambiaría?
Por ejemplo, que el Estado tenga menos del 33 % de las frecuencias y que los medios comunitarios tengan más del 34 %. También el linchamiento mediático, que ha silenciado al periodismo investigativo.
Y usted dijo que cortaría las manos a los corruptos.
Nosotros tenemos la ley bisturí, para erradicar el cáncer de la corrupción. Somos los únicos que estipulamos al peculado con 40 años (de prisión) e incluso con carácter retroactivo. ¿Por qué nadie lo propone? Porque todos, la política tradicional y el oficialismo, están salpicados. Mientras por ahí roban y encuentran dinero en los techos, los jóvenes no podemos escoger una carrera universitaria; mientras algunos se fugan, el dispensario está cerrado. ¿Cómo no indignarnos? Y sí, si dependiera de mí, les cortaría las manos a los corruptos.
¿Cuál ha sido el rol de sus primos en su campaña?
Con nuestros primos tenemos una excelente relación y nos respetamos muchísimo. Hemos hablado, nos encontramos en reuniones… Respetan nuestra participación y nos dicen ‘muy bien’. Nosotros también respetamos sus decisiones. Pero ellos están en el movimiento oficialista y nosotros en Compromiso Social. ¡Es que nadie explica cómo un peladito puede haber escalado tanto! (I)
No tenemos el aparataje estatal ni nos apoyan los grandes poderes económicos, como es el caso de ciertos candidatos. Y aun así estamos dando cátedra de cómo hacer política verdadera.