Llevar el apellido Bucaram “no es un estigma” porque ese término “se percibe como un peso negativo”, dice Abdalá Bucaram Pulley, aspirante de Fuerza Ecuador e hijo del expresidente del mismo nombre, que fue derrocado un 5 de febrero de hace 20 años y que, desde entonces, está exiliado en Panamá . “Es un peso, como lo es llevar el apellido Roldós, Kennedy, Fujimori y de otros personajes de la política mundial. Que ese peso se construya en positivo o negativo depende de cada individuo. En lo personal, nunca he intentado ser lo que no soy”, refiere en una entrevista con este Diario para hablar de su plan de Gobierno.
¿Qué propuesta tiene para resolver el problema del desempleo en el país?
El problema del desempleo nace de este modelo que nos ha gobernado una década con una economía dependiente del petróleo y de los impuestos. La primera decisión, entonces, es ir a la fuerza del cambio para ir a un cambio de modelo con una economía rentable, planificada. ¿Cómo atender el problema del desempleo? Voy a citar a Stiglitz (nobel de economía): Ningún funcionario puede garantizar cuántas plazas de empleo va a crear. Eso es demagogia y da pena ver a la oligarquía ofreciendo algo que nunca ha hecho… Primero hay que identificar los sectores de la economía en los que vamos a invertir para generar empleos, y dentro de esa inversión atender por segmentos; dar beneficios al sector privado, hasta un 150% adicional del deducible del pago de IR por cada persona con discapacidad y hasta un 100% para los jóvenes en mi primer empleo; y para los adultos de 36 a 65 años… Decir yo voy a dar 800 mil, un millón… Eso es falso, porque no sabes cómo va a funcionar la inversión.
Vamos a prohibir dentro de la Losep (Ley de Servicio Público) que los empleados públicos sean obligados a asistir a los actos partidistas de Gobierno, como sucede actualmente…”.
Pero usted sí ha dado una cifra de 65 mil empleos al año para los jóvenes…
Siempre he dicho no menos de 60 mil en el nicho de 36 a 65 y no menos de 65 mil en el nicho de jóvenes. ¿Por qué? Porque no estoy hablando de un empleo dependiente del sector público. Esa es una pregunta que nadie se ha hecho. ¿Dentro de ese millón de empleos usted está contando los 600 mil empleados del sector público? Al cambiar el modelo de odio con la empresa privada para que esta se comprometa a crear nuevos empleos y recibir estos beneficios: les bajaremos el IVA del 14% al 10%; les eliminamos el 5% del ISD dejándole en 0,5% para que quede solo un registro; el 45% de las salvaguardias; el cobro anticipado del impuesto a la renta… Son alrededor de 3.000 millones que dejará de administrar el Estado para que se quede en el bolsillo del pueblo generando liquidez… Además, queremos presentar al país, luego del primer año de Gobierno, una reforma tributaria bastante ambiciosa para cambiar la situación de las provincias, pondremos un IVA diferenciado para que cada provincia pague un IVA según su realidad, donde el tope sea el 10%. Hay provincias como Esmeraldas, que no tiene ni agua y paga el mismo IVA que Guayaquil, que sí tiene servicios básicos.
Para esta reforma tributaria que plantea necesita una mayoría en la Asamblea…
Yo me he preocupado en prepararme en gobernabilidad; hoy hablamos de ella como algo teórico, pero se genera con actos prácticos, que te permitan tener gobernanza sólida… La próxima Asamblea estará más fragmentada, entonces necesitaremos mucho ejercicio de juego de roles, de mapa de actores para saber cómo consensuar y evidenciar quiénes actúan por beneficio del pueblo y quienes van por consignas personales para convertir al Congreso en un centro de corrupción para presionar gobiernos…
Eso suena a que regresará el ‘hombre del maletín’…
Para no volver a los congresos del maletín, todos los asambleístas que quieran formar parte de una mayoría con el Gobierno tendrán que asistir a reuniones en las que estén los medios de comunicación y expongan sus deseos; no vamos a permitir reuniones privadas en las que terminen pidiendo carreteras, o recursos para municipios, como ocurría antes…
Este es el gobierno más corrupto de la historia que no solo nos ha dejado una crisis económica sino una crisis moral y de valores, con el agravante del consumo de drogas…”.
¿Cuál es su propuesta de reforma institucional para desmontar el correísmo?
No planteamos desmontar el correísmo; hay que olvidarse de Rafael Correa, que se irá o terminará en el pabellón de máxima seguridad del Centro de Rehabilitación de Guayaquil, al que vamos a cambiar el nombre a Bélgica, para que todos los que se quieran ir allá, se vayan… Vamos a poner a funcionar lo que no funciona. El Consejo de Participación no es un mal concepto, porque si no regresaríamos a los nombramientos a dedo. Lo que hay que cambiar es la forma de elegirlo y cómo se realizan los concursos. Para ello, plantearemos una consulta popular para la reinstitucionalización.
También para ratificar el modelo económico, garantizar la separación de poderes, las reformas en el ámbito laboral… Esta consulta para hacer enmiendas constitucionales y reformas legales será dentro de los primeros 180 días.
¿Qué plan tiene para combatir la corrupción?
Tenemos un proyecto que se llama ‘Hazlo público’, que se divide en dos partes: la una es digital y la otra, con medios. Todos quienes quieran ser ministros tendrán que someterse a que todos sus actos públicos que comprometan dineros sean pasados a través de una cámara web, para que la ciudadanía en tiempo real pueda revisar cómo se tomó una decisión… Yo no voy a tener reuniones privadas con nadie, todo será público, en presencia de los medios…
Hay que ir a una reforma a la Ley de Contratación Pública, para retornar al informe previo (de contratos) de la Procuraduría y la Contraloría.
Hubo denuncias de corrupción en el gobierno de su papá; se dijo que el día que lo derrocaron se llevó dinero en sacos o que su hermano Jacobo ganó un millón de dólares en las aduanas. ¿Fue así?
Cuando mi padre fue presidente yo tenía 14 años; en el intento de legitimar acciones ilegales se actuó con violencia mediática contra mi familia, nunca se comprobó lo que se dijo de mi padre y de mi hermano, pero se repitió porque el fin justificaba los medios y el fin era destruir la imagen de Bucaram, porque no podían derrotarlo en las urnas. Hay un documento de uno de los actuales candidatos, Paco Moncayo, que entonces era jefe del Comando Conjunto, en el que reconoce que eso de los sacos fue una falacia. Bucaram dejó el Palacio con el resguardo de las Fuerzas Armadas, si hubiese salido con sacos de plata, los policías y militares serían cómplices. Cada quien puede pensar lo que quiera, como actores políticos tenemos que asimilar aquello. Yo soy Dalo Bucaram y tengo una historia propia. La lucha por mi padre es inclaudicable. El día que yo niegue mi origen, no merezco ser presidente. (I)
Hay que hacer una auditoría de la deuda para transparentar las cuentas y decirle al país cuánto se robó Alianza PAÍS. Sobre ese porcentaje renegociar la deuda con todos, no solo con China… Por ejemplo, podemos pagarles con productos…”.