En una conferencia telefónica en la que participaron medios de 28 países, el piloto mexicano de Fórmula 1, Sergio Checo Pérez conversó, el pasado miércoles, cómo vive las horas previas a su debut en la máxima categoría, este domingo en el Gran Premio de Australia.
El enlace fue organizado por la empresa de telecomunicaciones Claro, auspiciante de la escudería Sauber F1, a la que pertenece el azteca.
“Yo creo que (el monoplaza Sauber) es un coche competitivo. Los últimos ajustes que hicimos en Barcelona (en los ensayos de pretemporada) funcionaron bastante bien”, señaló el corredor.
A Pérez, el primer mexicano en la F1 desde hace 30 años, se le consultó sobre los comentarios que aseguran que en este circuito se privilegia el dinero sobre el talento, y Checo respondió: “Creo que en este tiempo sí influye el dinero, indudablemente. Yo cuento con el apoyo de mi país, pero a fin de cuentas a mí nadie me ha regalado nada y llegué como subcampeón de GP2 (el campeón es el venezolano Pastor Maldonado, que debutará en Williams) y si estoy en F1 es por algunas cosas, no por apoyo económico”.
El deseo de Pérez es ubicarse dentro de los diez primeros y afirma que es un “objetivo realista”.
El piloto, uno de los cuatro latinoamericanos que correrán en el mundial, confesó que estar en la F1 “es un sueño para mí, nunca me imaginé que iba a competir con campeones del mundo, como Michael Schumacher, yo seguí muy de cerca su carrera y nunca imaginé correr junto a él”.