Como secretario general, Guillermo Falconí Aguirre tenía entre sus funciones la de certificar los contratos que adjudicaba el Consejo de la Judicatura de Transición.
Desde el 26 de julio del 2011 hasta enero del 2013, la Judicatura de Transición asignó 441 contratos de infraestructura, tecnología, comunicación y recursos humanos.
Entre ellos cuatro que la entidad otorgó a la Librería Studium, donde había trabajado Rafael Falconí Salazar, hijo de Guillermo Falconí. Uno de los contratos a Studium llegaba a $ 590 mil y el otro a $ 608 mil, ambos en noviembre del 2011; otros dos los recibió en el 2012 por $ 33.074 y $ 61.274. Todos por la compra de pruebas psicológicas para los concursos de ingreso a la Función Judicial.
Falconí no ha aceptado una entrevista. En el 2012, la gerenta de Studium, Emma Chiriboga Salazar, confirmó que el hijo de Falconí había trabajado en su empresa “de manera ocasional” en el 2010, pero descartó que por esa causa se le hayan adjudicado los contratos. “Están equivocados, son versiones malintencionadas”, dijo entonces.
Doctor en Jurisprudencia, Guillermo Falconí, de 48 años, fue subgerente de Estrategia en la Superintendencia de Bancos desde el 2003. En el 2011 fue experto jurídico en la Superintendencia de Compañías.
Ese año asumió como secretario general del Consejo de la Judicatura de Transición (CJT) y su hermano Pablo fue nombrado delegado de esa institución en Loja.
Él ha negado que su designación se haya dado por parentescos, sino por su desempeño en entidades como el desaparecido Fondo de Solidaridad, la Empresa Eléctrica de Santa Elena y la Asamblea Constituyente.
A ambos se les reconoce en Loja como hijos de Guillermo Falconí Espinosa, exrector de la Universidad Nacional de Loja.
Pablo Falconí salió de la Judicatura de Loja en diciembre y en enero asumió la dirección su prima María Lorena Espinosa Salazar, quien había ingresado como ayudante judicial a la CJT en el 2012. Antes había sido comisaria y directora en la Secretaría Nacional del Migrante.
Cuando cesó la CJT, en enero del 2013, Falconí Aguirre continuó como asesor. Actualmente se desempeña como secretario del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), en Quito.
