"Ecuatorianos, gente maravillosa, no dejemos que la miseria que hay en el mundo inunde nuestros corazones, sino más bien, cada día que pasa llenémonos de cosas buenas que edifiquen nuestras vidas. Dios los bendiga".
Es de Guayaquil y tiene 24 años. Su anhelo de ser Miss Ecuador es juntar fuerzas para poder trabajar por los niños de la Fundación Felipao, de su hermano, el futbolista Felipe Caicedo.
Estudió Psicología Organizacional, con mención en Relaciones Públicas en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). Sus pasatiempos favoritos son jugar tenis, salir con sus amigos, jugar fútbol y jenga.
Asegura que ama cada rincón del Ecuador y que le encanta Cuenca, por ser una ciudad tranquila para descansar.
Lo que más admira de su provincia es la gastronomía, pero sobre todo a la mujer guayaquileña, por ser multifacética y estar llena de ganas por enfrentar sus desafíos, una mujer que no se conforma, que siempre está buscando prepararse para ser más.
Se define como una mujer muy alegre, carismática, extrovertida, amorosa, un poco cascarrabias, dice que tiene de todo un poco, pero que su principal virtud es ser leal.
Para Francis, la ingratitud es el peor mal que puede poseer el hombre, aunque también le molesta la desigualdad e injusticia. “Me disgusta ese desequilibrio social en el que cada vez nos hundimos más”.
En el futuro se visualiza como una empresaria, trabajando en una ONG y con una familia feliz. También quiere tener dos hijos y un esposo al que desea amar para el resto de su vida, pero recalca que siempre hará todo lo que le agrade a Dios.