Gravedad

  • Título original: Gravity
  • Año: 2013
  • Director: Alfonso Cuarón
  • País: Estados Unidos
  • Duración: 91 minutos
  • Genero:
  • Reparto: Sandra Bullock, George Clooney, Ed Harris, Phaldut Sharma, Amy Warren, Basher Savage.
Crítica
Gravedad

Las profundas visiones de la vida y la muerte en la soledad del espacio

Por Tali Santos

Esta película tiene 10 nominaciones

La belleza espectacular del espacio exterior y el terror que surge ante el casi absoluto riesgo de perder la vida convergen en torno al fenómeno universal de la gravedad en el filme del mismo nombre (Gravity, en su denominación original en inglés). Una de las dos cintas que en la edición 2014 de los premios Oscar acumula más nominaciones (10), entre ellas, la de mejor película.

Belleza y terror, una propiedad y un sentimiento que solo son telón de fondo y sostén de una propuesta narrativa sencilla, capaz de lograr algo poco común en la cinematografía: que el espectador viva una experiencia, mediante un alucinante viaje que es, al mismo tiempo, introspectivo.

Gravity podría consagrar al mexicano Alfonso Cuarón, nominado al Óscar como mejor director. Y a su película, que ha encontrado aliados en la crítica especializada mundial, entre la cual hay quienes la consideran una de las mejores de los últimos tiempos.

Protagonizada por dos actores carismáticos y con carreras prestigiadas por premios de la Academia: Sandra Bullock y George Clooney, el filme es una aventura que calza con el 3D, en la exposición de vanguardistas efectos especiales.

La Tierra, de una hermosura ajena a sus habitantes en su perspectiva espacial, es el punto visual y de partida que cautiva al espectador, que se engancha inmediatamente con dos astronautas que aparecen fuera de sus naves: la doctora Ryan Stone (Bullock), una brillante ingeniera especializada en medicina en su primera misión en un transbordador; y Mike Kowalski (Clooney), al mando de su último vuelo antes de retirarse. Cumplen una tarea que, más allá de lo que la actividad fuera de la línea de Kármán implica, no supone gran riesgo: reparar el telescopio orbital Hubble.

El informal diálogo que ambos sostienen con el Control de Misión en Houston (Ed Harris) en el que se empieza a esbozar el perfil de los protagonistas, se interrumpe cuando este advierte al equipo de un ataque con misiles rusos a un satélite, que ha provocado una reacción en cadena y la formación de una nube de desechos espaciales. Deben volver a la nave, pero ya es demasiado tarde. Los bites del soundtrack a cargo de Steven Price, y las naturales reacciones de cada uno que es posible conocer gracias al sistema de comunicación, sumergen al espectador en una tensión que solo concluye un minuto antes del final.

El transbordador se destruye, todo se hace añicos, y Stone y Kowalsky quedan completamente solos, unidos el uno al otro, dando vueltas en la oscuridad profunda del espacio.

Miedo, pánico, oxígeno. Los ingredientes del primer tramo de la travesía de dos personajes que enfrentan en el espacio sus visiones de la vida y la muerte, en medio de planos cinematográficos muy elaborados, que reflejan la obsesión del director por cuidar el detalle en esta obra cuya estructura narrativa posee las cualidades del minimalismo.

Una arquitectura argumental necesaria para entender la metáfora que está detrás del término gravedad. Si en física refiere la sensación de peso, un fenómeno que origina la aceleración que experimenta un cuerpo físico en las cercanías de un objeto astronómico; en este caso, convierte al contacto con la Tierra en una necesidad física y emocional.

En los 90 minutos que dura la película, la tensión es permanente; luego de que se desencadena el desastre un acontecimiento sucede al otro; la sorpresa es la constante. El planteamiento es fantástico, pero también creíble.

También hay poesía. Una escena en la que Cuarón decide salirse del manejo realista que proporciona credibilidad a su drama, opta por la belleza surrealista de una astronauta en posición fetal, ligera de ropa, evocando un renacimiento.

Un filme que logra convertir un viaje espacial en un viaje emocional.

Entrevista con Glenn Freemantle, Diseñador y Supervisor de Sonido