Nebraska

  • Título original: Nebraska
  • Año: 2013
  • Director: Alexander Payne
  • País: Estados Unidos
  • Duración: 115 minutos
  • Genero: ,
  • Reparto: Bruce Dern, Will Forte, June Squibb, Bob Odenkirk, Stacy Keach, Mary Louise Wilson, Rance Howard, Devin Ratray, Angela McEwan.
Crítica
Nebraska

Un viaje al interior de la familia

Por Clara Medina

Esta película tiene 6 nominaciones

El equívoco de un anciano da pie a una excelente historia. Una historia que, al principio, parece no tener futuro, por anodina, pero que gana en hondura minuto a minuto. Un día, Woody Grant (así se llama el anciano, interpretado por Bruce Dern), alcohólico irremediable, con una esposa descalificadora y dos hijos adultos que ya no viven en casa, recibe una publicidad engañosa. Él cree que ha ganado un millón de dólares. Y desea ir a Nebraska a retirar el premio. La familia le quiere hacer entender que no ha ganado nada, pero Woody insiste e intenta emprender viaje, aunque por sus medios –caminando a paso lento– no llegará a ninguna parte.

David, el hijo menor (Will Forte), quien acaba de romper con su novia luego de dos años de convivencia y tiene un trabajo mediocre, decide acompañarlo, a sabiendas de que no hay premio. Lo lleva en su carro. Lo mueve su propia soledad o quizá su intento de cuidar un poco de este hombre ya mayor y frágil en que se ha convertido su padre, con el cual tiene escasa comunicación. En el trayecto, mientras van por carreteras y pequeños pueblos, por paisajes a cielo abierto, empiezan a hablar y, así, ese silencio de años se convierte en diálogo. Al principio en pequeños diálogos, pero luego se va ahondando.

Pasan por el pueblo donde nació y creció Woody, un lugar en el cual ya todo es distinto aunque permanezca igual. Allí se reúnen con la parentela: los hermanos del anciano, sus esposas, los hijos. Cuando se enteran de que Woody se ha ganado un premio, aflora en ellos la ambición, quizá esa ambición que todo ser humano de alguna forma lleva dentro. Cada uno quiere obtener algo del dinero de su afortunado familiar. Lo mismo pasa con un antiguo amigo (socio, o compañero de trabajo sería mejor decir) y otros personajes. Así, se van desnudando sentimientos o pequeños asuntos que permanecían guardados, lo que hace que vayamos cambiando la percepción sobre el viejo, alcohólico y perdedor Woody. Para entonces, al trayecto se han unido Kate (June Squibb), que es la impertinente esposa del anciano, y Ross (Bob Odenkirk), el hijo exitoso del matrimonio, un presentador de televisión.

Rodada en blanco y negro (uno de los tantos aciertos de su director, Alexander Payne), la película, que dura lo que toma el viaje a Nebraska, tiene un tinte nostálgico: el de los años transcurridos, el de los sueños extraviados, el de los amores no realizados (en el pueblo que nació Woody vive su novia de juventud, que ahora es viuda y dueña del periódico del lugar), el de una vida gris, convertida en rutina o en tedio. Y ahonda en las relaciones familiares y, sobre todo, en la relación padres mayores-hijos adultos, que probablemente se abordan poco en el cine.

La película logra desnudar algo que es muy común en nuestras sociedades superinformadas y superconectadas, en las que creemos saber todo lo que sucede en nuestro entorno: lo poco que conocemos de los adultos mayores (de los padres, de los abuelos, de la familia), pese a que estemos bastante cerca de ellos. ¿Cómo fueron de niños? ¿En qué soñaban cuando eran jóvenes? ¿Son realmente lo que quisieron ser? ¿Qué deseos tienen actualmente? ¿En qué piensan? ¿Cómo se sienten?

El filme logra dosificar el drama con la comedia y eso vuelve a esta historia una cinta ecuánime, sin desbordes sentimentalistas, y muy digerible (el instante que el anciano pierde su dentadura y junto a su hijo la busca hasta que por fin la encuentra; o el momento en que David y Ross toman una maquinaria que creen que era de su padre y luego tienen que devolverla, con la complicidad de su madre, son escenas que sacarán más de una sonrisa). Bruce Dern realiza una encomiable actuación como Woody, quizá el personaje más logrado y encantador de esta cinta y por el que opta al Óscar de mejor actor. También está nominada June Squibb (Kate), como actriz secundaria. La cinta tiene cuatro nominaciones más, incluyendo las de mejor director y mejor película.

Woody nunca gana un millón de dólares, desde el principio lo sabemos, pero el viaje no fue infructuoso. Porque más que ir a Nebraska, padre e hijo viajaron a su mundo íntimo. Viajaron al centro de la familia. Fue una especie de redescubrimiento. Permitió que compartieran experiencias. Ese día a día que es la vida, con toda su complejidad, con sus minucias y hasta con sus absurdos. Y los espectadores a lo mejor comprendimos que los adultos mayores tienen sus propios sueños. ¿Para qué quiere Woody un millón de dólares? La confesión es simple, pero conmovedora.